sábado, 5 de noviembre de 2011

Rafael de Paula, maestro del toreo gitano


La principal virtud de un torero, como la de todo ser humano, es ser buena persona. Rafael de Paula como Antoñete, como Juan José Padilla (salido recientemente del hospital debido a una cogida que le ha afectado principalmente a un ojo), como casi todo torero destaca por ella.

Rafael De Paula pertenece a una generación que comenzó a torear en los años sesenta, época dorada de la tauromaquia en las que toreaban toreros de gran cartel como Antonio Bienvenida y jóvenes figuras como “El Cordobés”, Curro Romero o Santiago Martínez “El Viti”. De Paula fue un maestro consumado del capote, está considerado como el que mejor lo manejaba de toda la historia y la muleta la utilizaba de un modo sobrio y elegante.

Se le podría comparar con José María Manzanares (hijo) por su condición de torero artista con gran regularidad. Respecto a su condición de gitano y torero, Rafael De Paula comenta lo siguiente:

”El gitano aporta cosas distintas a la fiesta del toreo. Un sabor especial digamos. Yo no he conocido ninguna figura dcel toreo gitano ue mandara en estos tiempos. Pero hubo uno aunque no fuera gitano del toro, Joselito, que fue el rey, o mejor dicho, el coloso del toreo y era gitano. Yo creo que no hubo sustituto”.

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