viernes, 19 de agosto de 2011

Mis maestros

Cristian Meier en su blog publicó una vez explicando quienes eran sus maestros, los de los libros y los de la vida. En mi caso, los de los libros, son Arturo Pérez-Reverte, Fernando Savater y Joaquín Sabina. En literatura, filosofía, poesía y música respectivamente. Ellos fueron los que me introdujeron en el mundo de la cultura y les sigo siendo fiel. Estos tres maestros tienen mala fama entre algunos de los sectores de la cultura que podemos llamar seria (normalmente formada por pedantes) y he de confesar que yo mismo critiqué a Don Arturo por pura estupidez. De Arturo Pérez-Reverte he leido "La tabla de Flandes", "La carta esférica" y "Terrtorio Comanche". El que más me ha gustado ha sido este último. También me gustan mucho sus artículos.
En un programa de radio de la Cadena Ser llamado Punt de Llibre uno de los contertulios le criticó por su pose de "hombre duro a vuelta de todo"  y que Manu Leguineche, no la tenía "pese a haber estado en Vietnam que no son precisamente los balcanes". A ese señor me gustaría decirle una frase que me gusta mucho "que para estar de vuelta hace falta haber ido" y Reverte ha estado yendo durante treinta años. No sé si las guerras son comparables a nível de lo que ve uno individualmente, no he estado en ninguna, pero supongo que es lo suficientemente doloroso para deber un respeto a los que la han vivido.
Sobre Fernando Savater, "filósofo de lo obvio" y "maestro para niños e ignorantes", he de decir que su obra tiene más calidad de lo que muchos piensan. Será porque no lo han leído. Hay algunos que han llegado a calificar lo que él hacía y otros divulgadores de la filosofía no ya como filosofía barata sino como filosofía basura. A esos genios de la filosofía habría que recordarles que sin divulgadores no habrían estudiantes universitarios y que atentan contra la leche que han mamado. Mi opinión es que lo mejor de Savater se encuentra en tres libros de los años ochenta: "Invitación a la ética"; "Ética como amor propio" y sobre todo, "La tarea del héroe". Allí se aunan el Savater investigador y el divulgador.
De Joaquín Saina he de decir que el primer disco que me compré, con 19 o 20 años, fue "Esta boca es mía" y el disco que verdaderamente me hechizó fue el directo "Nos sobran los motivos". Sabina tiene dos épocas, en lenguaje pictórico, la premarichalazo y la postmarichalazo. Antes consideraba mejor la primera pero ahora creo que estaba equivocado. La fase actual de Don Joaquín es más poética, permite más lecturas, es como la del Bob Dylan de después del accidente, tridimensional.  Sobre sus poesías decir que me gustan más las de Interviú -ahora me parece que ahora escribe en Público, tengo que seguirle- que sus sonetos, aunque éstos no me parezcan malos.
 Maestros de vida he tenido muchos pero el principal ha sido mi padre. No tendrá una formación muy ortodoxa pero desde luego no es un analfabeto funcional, como la mayoría de los licenciados que salen de las universidades. Se dice que la familia te viene impuesta pero los amigos se escogen. Ante esto tengo que decir que en los momentos más duros de mi vida ha sido mi familia la que me ha ayudado y ninguno de mis amigos ha hecho una llamada de teléfono (esto no es del todo cierto pero dejémoslo así).
Este post es el homenaje que puedo hacerle a todos estos maestros además de crear cultura, en la medida de sus posibilidades, a partir de sus creaciones.

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